NEWSLETTER

 

Casi me pierden…

O más bien, casi me pierdo a mí misma. Me volví una experta en crear un nuevo yo constantemente, en dejar ir lo que ya no era congruente conmigo y estar haciendo constantemente upgrades energéticos. Sin embargo, esta vez era algo de otra categoría. Esta vez, al universo se le pasó la mano, y a mí también, por seguir mi vida como si nada hubiera pasado después de tanta arrastrada . Déjenme recapitularles parte de mi último año:

 Abril 2023: con una llamada para mi cierre fiscal, me doy cuenta de que algo estaba mal y que mis contadores de ese entonces estaban haciendo cosas extrañas. Y aunque no sabía qué, mi intuición me lo confirmó cuando, después de hablar con un despacho fiscal profesional, descubrí que aunque pagaba mis impuestos (por cierto, mal pagados porque pagaba de más), hicieron mal una regularización de todo un año completo y el resultado era una deuda importante de algunos millones de pesos (jaja, Shakira, te entiendo hermana).

Junio 2023: me doy cuenta de que tengo que dejar mi licencia como facilitadora de Access Consciousness, pues no me iba a permitir llegar a donde yo quería llegar. Fue un duelo importante porque había formado gran parte de mi identidad con mi amor por esas herramientas y, aunque sigo usando algunas, al crecer como nunca había crecido, empiezo a reconocer que no podía pertenecerle a ninguna institución y mi ser sabía que no podía afectar a mi empresa poniendo a otra arriba de ella con reglas externas.

 Julio, agosto 2023: no voy a mentir, tenía TERROR. Tenía terror, pues nunca había tenido una deuda en mi vida y mucho menos de esa magnitud. La verdad, estas dos cosas mezcladas me rebasaron porque tenía que dejar ir parte de lo que creía era mi identidad. Tenía que hacer todos mis productos de nuevo (excepto Millonarios con Consciencia).

Al mismo tiempo, hacerme cargo de pagar esos impuestos (en cada junta con mi despacho fiscal, cuando me daban un status, porque obvio toma meses hacer un análisis profundo de lo que estaba pasando), debo de confesar que se me caían los calzones jaja. Al mismo tiempo, tenía a cargo otro negocio (Kokana) y varios sueldos por pagar (entre Haruhealing y Kokana). Y al mismo tiempo, necesitaba claridad para saber cuál era el siguiente paso en mi carrera y la cereza del pastel, mi relación con mi ex novio, el señor , que me sacaba constantemente de mi zona de confort. Dejemos esa historia para otro momento.

 ¿Han visto a los boxeadores en el ring, que después de tanto madrazo ya no ven bien? Así estaba yo.

Esto me empezó a generar ansiedad por las noches, dejé de poder dormir profundamente, me desconecté de mi confianza y seguridad y ahí, amigos, empezó la noche oscura del alma, ese espacio donde no hay nadie más que tú y las situaciones que creaste (consciente e inconscientemente). Y aunque sabes que tú eres la llave para salir del encierro en el que tú te metiste, no sabes cómo serlo.

 Esta historia continuará…